Al final, las ventas al descubierto casi siempre perjudican su crédito, pero hacen menos daño que las ejecuciones hipotecarias o las quiebras. Una venta al descubierto puede bloquearle el acceso a una hipoteca para una nueva vivienda durante unos dos años, pero una ejecución hipotecaria o una quiebra pueden mantenerle fuera del mercado entre siete y diez años.