Tarjetas de banda magnética: Definición, funcionalidad y seguridad
En el ámbito de las transacciones electrónicas y el control de acceso, las tarjetas de banda magnética han desempeñado un papel importante. Estas tarjetas, equipadas con una banda magnética en el reverso, han revolucionado la forma en que realizamos pagos y accedemos a diversos espacios. En esta completa guía, exploraremos la definición, funcionalidad y aspectos de seguridad de las tarjetas de banda magnética en comparación con las tarjetas con chip.
¿Qué es una tarjeta de banda magnética?
Una tarjeta de banda magnética es un tipo de tarjeta que permite a los usuarios realizar transacciones electrónicas o acceder a zonas específicas. La característica distintiva de estas tarjetas es la presencia de una “banda” que contiene información incrustada que identifica al titular. Las tarjetas de banda magnética se presentan en diversas formas, como tarjetas de crédito y débito, carnés de conducir, tarjetas de identificación de empleados, llaves de habitaciones de hotel, tarjetas regalo y tarjetas de transporte público. Aunque las bandas magnéticas han sido muy utilizadas en el pasado, se están eliminando gradualmente debido a los avances en la tecnología de microchips, que ofrece características de seguridad mejoradas.
Cómo funcionan las tarjetas de banda magnética
Las tarjetas de banda magnética suelen ser de plástico o papel resistente y medir unos 5 por 7 centímetros. En el reverso de la tarjeta hay una banda de partículas de hierro incrustadas en una película de plástico que contiene los datos codificados. Cuando se pasa una tarjeta de banda magnética por un lector electrónico, como un terminal de venta en una tienda, el lector descodifica la información almacenada en la banda y aprueba o rechaza la tarjeta.
La banda magnética de una tarjeta de crédito, también conocida como banda magnética, consta de tres pistas apiladas horizontalmente, cada una de las cuales abarca todo el ancho de la tarjeta. Estas pistas pueden contener diferentes tipos y cantidades de datos. Las dos primeras pistas se utilizan principalmente para las tarjetas de crédito y contienen el nombre del titular, el número de cuenta, la fecha de caducidad, el código de servicio y el código de verificación de la tarjeta. La tercera pista puede contener información adicional, como un código de país o de moneda. Otros tipos de tarjetas de banda magnética utilizan las tres pistas para almacenar datos.
Hay que tener en cuenta que si la banda magnética se ensucia, se raya o se desmagnetiza, la tarjeta puede no funcionar correctamente, con los consiguientes inconvenientes para el titular.
Problemas de seguridad: Cómo se piratean las tarjetas de banda magnética
Las tarjetas de banda magnética han sido objeto de fraude desde su creación, sobre todo a través de una técnica llamada skimming. El skimming consiste en colocar dispositivos discretos, conocidos como skimmers, en los lectores de tarjetas de los surtidores de gasolina o los cajeros automáticos. Cuando una persona introduce su tarjeta en el lector, el skimmer recoge la información de la banda magnética y la almacena para que los delincuentes puedan recuperarla posteriormente. Estos datos ilícitos pueden utilizarse para crear duplicados de tarjetas, que luego pueden utilizarse para hacer cargos no autorizados en la tarjeta de crédito de la víctima o vaciar fondos de cuentas bancarias vinculadas.
La Oficina Federal de Investigación (FBI) calcula que el skimming cuesta a las instituciones financieras y a los consumidores más de mil millones de dólares al año, lo que pone de relieve la gravedad de este problema.
La transición a las tarjetas con chip: Por qué los chips están sustituyendo a las bandas magnéticas
Debido a las vulnerabilidades de seguridad asociadas a las bandas magnéticas, muchas tarjetas de crédito y débito incorporan ahora pequeños microchips cuadrados conocidos como chips EMV (Europay, Mastercard y Visa). Estos chips almacenan la misma información que las bandas magnéticas, pero ofrecen mejoras de seguridad inherentes. Las tarjetas EMV utilizan firmas digitales encriptadas que cambian con cada transacción, proporcionando una capa dinámica de protección. A diferencia de las bandas magnéticas, en las que la información permanece estática, la firma digital única de un chip EMV sólo puede utilizarse una vez, por lo que resulta inútil para transacciones posteriores. Además, las tarjetas EMV pueden requerir que el titular firme o introduzca un número PIN en el punto de venta, lo que añade una capa adicional de autenticación.
Para las transacciones en línea, en las que el titular no está físicamente presente para firmar o introducir un PIN, las tarjetas EMV incorporan un número de tres o cuatro dígitos denominado valor de verificación de la tarjeta (CVV) o código de identificación de la tarjeta (CID). Este número está cifrado dentro del chip y también puede estar impreso en el anverso o el reverso de la tarjeta. La inclusión del CVV o CID en las transacciones en línea añade un nivel adicional de seguridad, ya que los ladrones que posean el número de cuenta pero no la tarjeta física no podrán facilitar el CVV o CID cuando se les solicite.
Aunque las bandas magnéticas no han desaparecido por completo de las tarjetas de pago, muchas tarjetas modernas incorporan tanto una banda como un chip, lo que permite a los usuarios pasar o introducir su tarjeta. La transición de las bandas magnéticas a los chips no ha sido universal debido a la reticencia de algunos comerciantes, sobre todo en Estados Unidos, a invertir en nuevos lectores de tarjetas con chip, principalmente por los costes asociados.
Contexto histórico: ¿Quién inventó la banda magnética?
El concepto de utilizar bandas magnéticas recubiertas para almacenar datos puede atribuirse a Fritz Pfeulmer, un ingeniero alemán de los años veinte. Este avance también allanó el camino para el desarrollo de la cinta de grabación magnética. Sin embargo, no fue hasta finales de la década de 1960 cuando la tecnología de tarjetas de banda magnética empezó a ganar reconocimiento y adopción generalizados.
Se atribuye a IBM, en colaboración con American Airlines, el desarrollo de la primera tarjeta de banda magnética. Esta tarjeta se utilizó inicialmente como sustituto de los sistemas de emisión de billetes en papel en el sector de las aerolíneas. La banda magnética permitía almacenar la información de los pasajeros, los detalles de los vuelos y otros datos pertinentes.
Con el paso de los años, las tarjetas de banda magnética se abrieron camino en diversos sectores, como la banca, la hostelería, el transporte y el comercio minorista. La comodidad y eficacia que ofrecían las convirtieron en una opción popular tanto para las empresas como para los consumidores.
El futuro de las tarjetas de banda magnética
Aunque las tarjetas con chip se han convertido en la norma en muchas partes del mundo, las tarjetas de banda magnética siguen estando presentes, sobre todo en regiones donde la adopción de la tecnología con chip ha sido más lenta. Sin embargo, a medida que continúe el impulso para mejorar la seguridad, se espera que las tarjetas de banda magnética sigan desapareciendo en favor de las tarjetas con chip.
La transición a las tarjetas con chip ha demostrado su eficacia en la reducción de los índices de fraude, como demuestran los países que ya han implantado esta tecnología. Estados Unidos, por ejemplo, experimentó un descenso significativo del fraude con tarjetas falsificadas tras la adopción de las tarjetas con chip.
Además, el auge de los métodos de pago sin contacto, como los monederos móviles y los dispositivos portátiles, ha acelerado aún más el abandono de las bandas magnéticas. Estas opciones de pago sin contacto utilizan la tecnología de comunicación de campo cercano (NFC), que permite realizar transacciones seguras y cómodas sin necesidad de tarjetas físicas.
Conclusión
Las tarjetas de banda magnética han desempeñado sin duda un papel importante en la revolución de las transacciones electrónicas y el control de acceso. Sin embargo, sus vulnerabilidades de seguridad inherentes han impulsado la transición a las tarjetas con chip, que ofrecen una mayor protección contra el fraude y el uso no autorizado. Aunque la banda magnética sigue utilizándose para determinadas aplicaciones, la adopción generalizada de la tecnología de chip sigue reconfigurando el ecosistema de pagos.
A medida que avanza la tecnología, cabe esperar nuevas innovaciones en los métodos de pago y las medidas de seguridad. Ya sea con la llegada de la autenticación biométrica, las soluciones basadas en blockchain u otros avances de vanguardia, el objetivo sigue siendo el mismo: crear una experiencia de pago segura y fluida tanto para los consumidores como para las empresas.
Preguntas y respuestas
¿Cómo funciona una tarjeta de banda magnética?
Una tarjeta de banda magnética funciona almacenando datos codificados en una banda magnética situada en el reverso de la tarjeta. Cuando se pasa la tarjeta por un lector de tarjetas, éste descodifica la información de la banda y aprueba o rechaza la tarjeta.
¿Qué información se almacena en una tarjeta de banda magnética?
La información almacenada en una tarjeta de banda magnética puede variar en función del tipo de tarjeta. En el caso de las tarjetas de crédito y débito, la banda suele contener el nombre del titular, el número de cuenta, la fecha de caducidad, el código de servicio y el código de verificación de la tarjeta. Otros tipos de tarjetas de banda magnética pueden contener información adicional específica para su finalidad.
¿Son seguras las tarjetas de banda magnética?
Las tarjetas de banda magnética tienen vulnerabilidades de seguridad inherentes, que las han convertido en objetivo de fraude. Se pueden utilizar técnicas como el skimming para obtener datos de la banda magnética, lo que puede dar lugar a cargos no autorizados o al acceso a cuentas. Por este motivo, las tarjetas con chip con funciones de seguridad mejoradas, como la tecnología EMV, se están adoptando ampliamente como una alternativa más segura.
¿En qué se diferencian las tarjetas con chip de las tarjetas con banda magnética?
Las tarjetas con chip, también conocidas como tarjetas EMV, utilizan un microchip integrado en la tarjeta en lugar de una banda magnética. El chip genera una firma digital única para cada transacción, lo que proporciona una seguridad dinámica más difícil de replicar. Además, las tarjetas con chip suelen requerir un PIN o una firma para la autenticación, lo que añade una capa adicional de seguridad.
¿Puedo seguir utilizando una tarjeta con banda magnética si tengo una tarjeta con chip?
Sí, muchas tarjetas modernas incorporan tanto banda magnética como chip, lo que permite a los usuarios la flexibilidad de pasar o introducir su tarjeta. Sin embargo, a medida que la tecnología de tarjetas con chip se generaliza, algunos comercios sólo aceptan tarjetas con chip para mayor seguridad.
¿Se eliminarán por completo las tarjetas de banda magnética?
Aunque la transición de las tarjetas con banda magnética a las tarjetas con chip está muy avanzada, las tarjetas con banda magnética pueden seguir utilizándose para determinadas aplicaciones, sobre todo en regiones en las que la adopción de la tecnología con chip ha sido más lenta. Sin embargo, a medida que continúe el impulso para mejorar la seguridad, se espera que las tarjetas de banda magnética vayan desapareciendo gradualmente en favor de alternativas más seguras.
¿Cuál es el futuro de las tarjetas de pago?
El futuro de las tarjetas de pago pasa por avances como las tarjetas con chip y los métodos de pago sin contacto. Las tarjetas con chip ofrecen mayor seguridad, mientras que las opciones de pago sin contacto, como los monederos móviles y los dispositivos portátiles, ofrecen comodidad y rapidez. A medida que evolucione la tecnología, es posible que otras innovaciones, como la autenticación biométrica y las soluciones basadas en blockchain, configuren el futuro de las experiencias de pago.