Riesgo de impago: definición, tipos y formas de medirlo
¿Qué es el riesgo de impago?
El riesgo de impago es una consideración importante a la hora de conceder préstamos e invertir. Se refiere al riesgo de que un prestatario no realice los pagos requeridos de una obligación de deuda, como un préstamo, un bono o una tarjeta de crédito. Los prestamistas y los inversores están expuestos al riesgo de impago en diversas formas de ofertas de crédito. El nivel de riesgo de impago asociado a un prestatario suele determinar el tipo de interés que debe pagar.
Puntos clave
- El riesgo de impago se refiere a la probabilidad de que un prestatario no pueda hacer frente a los pagos de su deuda con un prestamista.
- El riesgo de impago de los consumidores puede medirse a través de sus informes de crédito y sus puntuaciones crediticias.
- El riesgo de impago de empresas y gobiernos, así como los bonos que emiten, son calificados por agencias de calificación.
- Los prestatarios con alto riesgo de impago suelen pagar tipos de interés más altos.
Cómo se determina el riesgo de impago
Siempre que un prestamista concede un crédito a un prestatario, existe la posibilidad de que el préstamo, o parte de él, no se devuelva. El riesgo de impago es la probabilidad de que esto ocurra. El riesgo de impago se aplica tanto a los particulares como a las empresas que piden dinero prestado a través de préstamos o mediante la emisión de bonos.
Los prestamistas tienen en cuenta el riesgo de impago a la hora de decidir si conceden un préstamo y cómo determinan el tipo de interés. Los inversores tienen en cuenta el riesgo de impago a la hora de decidir si compran bonos de una empresa o de un gobierno y si el tipo de interés que se les ofrece es suficiente para compensar el riesgo.
El riesgo de impago puede evaluarse utilizando herramientas de medición estándar. En el caso de los consumidores, los informes de crédito y las puntuaciones crediticias proporcionan información sobre su riesgo de impago. Agencias de calificación como Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch Ratings evalúan el riesgo de impago de empresas y gobiernos y asignan calificaciones crediticias a sus emisiones de deuda.
En términos de deuda corporativa, el riesgo de impago puede cambiar debido a fuerzas económicas más amplias y a cambios en la situación financiera de una empresa. Las recesiones económicas, el aumento de la competencia y un menor poder de fijación de precios pueden afectar a la capacidad de una empresa para hacer frente a los pagos de intereses y reembolsar su deuda.
Medición del riesgo de impago de una empresa
Los prestamistas suelen examinar los estados financieros de una empresa y emplear diversos ratios financieros para determinar la probabilidad de que se reembolse la deuda.
Una medida importante del riesgo de impago es el flujo de caja libre de la empresa. El flujo de caja libre es el efectivo calculado restando los gastos de capital del flujo de caja operativo. Si el flujo de caja libre de una empresa es cercano a cero o negativo, indica que la empresa puede tener problemas para generar suficiente efectivo para cumplir sus pagos prometidos, lo que sugiere un mayor riesgo de impago.
Otra medida para evaluar el riesgo de impago de una empresa es el coeficiente de cobertura de intereses. Esta ratio se calcula dividiendo los beneficios antes de intereses e impuestos (EBIT) de una empresa entre los pagos periódicos de intereses de su deuda. Un ratio más alto sugiere que la empresa genera suficientes ingresos para cubrir los pagos de intereses, lo que indica un menor riesgo de impago.
Las agencias de calificación evalúan las empresas y sus emisiones de deuda para calibrar el riesgo de impago. Las escalas de calificación utilizadas por las agencias clasifican la deuda en categorías con o sin grado de inversión. La deuda con grado de inversión tiene menor riesgo de impago y es más codiciada por los inversores. La deuda sin grado de inversión, también conocida como deuda especulativa o de alto rendimiento, ofrece mayores rendimientos pero conlleva una probabilidad de impago significativamente mayor.
Medición del riesgo de impago de un individuo
Las agencias de crédito recopilan información sobre los consumidores y la venden a posibles prestamistas y otras partes interesadas en forma de informes crediticios. Estos informes incluyen datos sobre la fiabilidad con la que las personas han pagado sus facturas en el pasado, lo que proporciona información sobre su riesgo de impago.
Los informes de crédito se utilizan para calcular las puntuaciones de crédito, que son números de tres dígitos que representan el riesgo de impago de una persona. Las puntuaciones crediticias se basan en varios factores, siendo el historial de pago de facturas el más ponderado. Otro factor crucial es el coeficiente de utilización del crédito, que mide la cantidad de deuda pendiente en comparación con el crédito total disponible. Un índice de utilización del crédito elevado indica un mayor riesgo de impago.
En resumen, el riesgo de impago es una consideración crítica para prestamistas e inversores. Entender y medir el riesgo de impago ayuda a los prestamistas a tomar decisiones informadas sobre la concesión de crédito, y permite a los inversores evaluar la relación riesgo-recompensa al invertir en instrumentos de deuda. Tanto si se trata de evaluar el riesgo de impago de particulares como de empresas, se dispone de diversas herramientas y parámetros para calibrar la probabilidad de reembolso de la deuda y tomar decisiones financieras con conocimiento de causa.
Preguntas y respuestas
¿Qué es el riesgo de impago?
El riesgo de impago se refiere al riesgo de que un prestatario no realice los pagos requeridos de una obligación de deuda, como un préstamo, un bono o una tarjeta de crédito. Es la probabilidad de que un prestatario incumpla su deuda.
¿Cómo se determina el riesgo de impago?
El riesgo de impago se determina evaluando la probabilidad de que un prestatario no reembolse su deuda. Los prestamistas e inversores tienen en cuenta factores como los informes de crédito, las puntuaciones crediticias, los estados financieros y los ratios financieros para evaluar el riesgo de impago.
¿Cómo se mide el riesgo de impago de las empresas?
Las agencias de calificación suelen medir el riesgo de impago de las empresas. Estas agencias evalúan la posición financiera, el flujo de caja, los niveles de deuda y otros factores de una empresa para asignar calificaciones crediticias. Las calificaciones crediticias reflejan el riesgo de impago asociado a la deuda de la empresa.
¿Cómo se mide el riesgo de impago de los particulares?
El riesgo de impago de los particulares se mide a través de los informes de crédito y las calificaciones crediticias. Las agencias de crédito recopilan datos sobre el historial de pagos de las personas, la utilización del crédito y otros factores para crear informes de crédito. Las puntuaciones crediticias se calculan a partir de la información contenida en el informe crediticio.
¿Cuáles son las consecuencias del riesgo de impago?
Las consecuencias del riesgo de impago pueden variar en función de la situación. Para los prestamistas, el riesgo de impago puede traducirse en pérdidas financieras si los prestatarios no reembolsan su deuda. Para los inversores, el riesgo de impago puede suponer una pérdida de capital o de ingresos por intereses. El riesgo de impago también puede afectar a la solvencia crediticia, dificultando a los prestatarios la obtención de créditos en el futuro.
¿Puede cambiar el riesgo de impago con el tiempo?
Sí, el riesgo de impago puede cambiar con el tiempo. Las condiciones económicas, los cambios en la situación financiera del prestatario y otros factores pueden influir en el riesgo de impago. Por ejemplo, el riesgo de impago de una empresa puede aumentar durante una recesión económica o si se deterioran sus resultados financieros.
¿Cómo pueden los prestatarios mitigar el riesgo de impago?
Los prestatarios pueden mitigar el riesgo de impago manteniendo una buena solvencia. Esto incluye efectuar los pagos puntualmente, mantener niveles de deuda manejables y demostrar estabilidad financiera. La creación de un historial crediticio positivo y la mejora de la puntuación crediticia pueden ayudar a reducir el riesgo de impago y facilitar el acceso a mejores condiciones de préstamo.