¿Qué son los ETF de gestión activa y cómo funcionan?
Los fondos cotizados (ETF) han ganado gran popularidad entre los inversores debido a sus bajos costes, oportunidades de diversificación y facilidad de negociación. Cuando la mayoría de los inversores piensan en ETF, suelen asociarlos con estrategias de inversión pasiva que siguen índices específicos. Sin embargo, hay otro tipo de ETF que suele pasar desapercibido: los ETF de gestión activa.
Los ETF de gestión activa difieren de sus homólogos pasivos en que cuentan con un gestor o equipo de inversión responsable de tomar decisiones sobre la asignación de la cartera del ETF. Estos gestores investigan y operan activamente en el ETF para obtener mayores beneficios. Aunque los ETF de gestión activa representan una pequeña parte del mercado total de ETF, algunos inversores se sienten atraídos por ellos por su potencial para superar al mercado.
Puntos clave
- Los ETF de gestión activa cuentan con gestores de inversiones que toman activamente decisiones sobre la asignación de la cartera del ETF.
- Los ETF de gestión pasiva tienden a superar en número a los de gestión activa, pero cada vez hay más interés por la categoría de ETF activos.
- Entre las ventajas de los ETF de gestión activa figuran unos ratios de gastos más bajos, capacidad de negociación intradía y la posibilidad de obtener mayores rendimientos.
- A largo plazo, los ETF de gestión pasiva tienden a superar a los de gestión activa.
ETF de gestión activa
La mayoría de los ETF están diseñados para seguir pasivamente índices específicos, como el S&P 500 o el Nasdaq 100. Estos ETF pretenden replicar el rendimiento de sus índices subyacentes y tienen una baja rotación y costes. El objetivo de estos ETF es replicar el comportamiento de sus índices subyacentes y tener una rotación y unos costes bajos. Sin embargo, los ETF también pueden ser de gestión activa, es decir, están diseñados para imitar una estrategia de inversión gestionada activamente.
Un ETF gestionado activamente tiene un gestor o equipo de inversión responsable de investigar y tomar decisiones sobre la asignación de la cartera del ETF. Estos gestores analizan las tendencias del mercado, llevan a cabo análisis fundamentales y técnicos, y negocian activamente dentro del ETF para generar potencialmente mayores rendimientos. Mediante la gestión activa de la cartera, estos ETF pretenden superar la rentabilidad de sus índices de referencia o alcanzar objetivos de inversión específicos.
Una ventaja de los ETF gestionados activamente es su capacidad de negociación intradía. A diferencia de los fondos de inversión, que sólo se negocian una vez al día al valor liquidativo (VL), los ETF pueden comprarse y venderse a lo largo de toda la jornada bursátil, igual que las acciones individuales. Esto permite a los inversores en ETF de gestión activa responder rápidamente a los cambios del mercado y aprovechar las oportunidades a corto plazo.
Tendencias en el sector de los ETF
Aunque los ETF de gestión pasiva siguen dominando el mercado de ETF, los ETF de gestión activa han ido ganando terreno en los últimos años. En Estados Unidos hay unos 500 ETF que se negocian activamente, lo que representa alrededor del 20% de todos los ETF. Aunque los ETF gestionados activamente representan una porción menor del espacio ETF en términos de activos bajo gestión (AUM), ha habido un crecimiento significativo en esta categoría.
A finales de 2020, los activos gestionados por los ETF de gestión activa habían aumentado un 71% en comparación con el año anterior. Alrededor del 50% de todos los nuevos ETF lanzados en 2020 fueron gestionados activamente, y los ingresos generados por los ETF activos casi se duplicaron, alcanzando más de 600 millones de dólares. Este crecimiento se ha producido en varias clases de activos, como la renta fija nacional e internacional, la renta variable internacional y las materias primas.
La popularidad de los ETF de gestión activa ha influido incluso en que algunos ETF pasivos incluyan el término “activo” en las descripciones y nombres de sus productos, aunque su estrategia de inversión no sea de gestión activa. Es importante que los inversores investiguen a fondo y comprendan la verdadera naturaleza de un ETF antes de invertir.
Ventajas y riesgos
Invertir en ETF gestionados activamente ofrece varias ventajas potenciales. Una de ellas es el menor coeficiente de gastos en comparación con sus homólogos de fondos de inversión. Los ETF de gestión activa suelen tener comisiones de gestión más bajas, lo que los convierte en una opción más rentable para los inversores. Además, estos ETF ofrecen posibilidades de negociación intradía, lo que permite a los inversores responder a los movimientos del mercado y ejecutar operaciones a lo largo del día de negociación.
Algunos ETF de gestión activa se centran en sectores o tendencias específicos, lo que puede dar lugar a un crecimiento exponencial. Por ejemplo, un ETF centrado en la innovación disruptiva puede mantener empresas a la vanguardia de los avances tecnológicos, lo que se traduce en importantes rendimientos si el sector obtiene buenos resultados.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que los ETF de gestión activa también conllevan riesgos. Aunque algunos ETF de gestión activa pueden superar a sus índices de referencia, los estudios sugieren que los ETF de gestión pasiva tienden a ser más eficaces a largo plazo. Por otra parte, los ETF de gestión activa pueden experimentar una rentabilidad inferior, una mayor rotación y posibles errores de seguimiento en comparación con sus homólogos pasivos.
Los inversores que se planteen invertir en ETF de gestión activa deben evaluar detenidamente la estrategia de inversión, el historial y los gastos del fondo. Es fundamental evaluar la experiencia y el historial del gestor o del equipo responsable de la gestión del ETF. Además, los inversores deben diversificar sus carteras y no confiar únicamente en los ETF de gestión activa para sus estrategias de inversión.
Conclusión
Los ETF de gestión activa constituyen una alternativa a las estrategias tradicionales de inversión pasiva. Estos ETF ofrecen la posibilidad de obtener mayores rendimientos, menores ratios de gastos y capacidad de negociación intradía. Aunque los ETF de gestión activa representan una pequeña parte del mercado global de ETF, han experimentado un crecimiento y atraen el interés de los inversores.
Los inversores que se planteen invertir en ETF de gestión activa deben estudiar detenidamente la estrategia de inversión, el historial y los gastos del fondo. Es importante comprender los beneficios y riesgos potenciales asociados a estos ETF y evaluar si se ajustan a sus objetivos de inversión y tolerancia al riesgo.
Como ocurre con cualquier inversión, la diversificación es clave, y los inversores deben considerar la posibilidad de incorporar a sus carteras una combinación de ETF de gestión activa y de gestión pasiva. Comprendiendo los matices de los ETF gestionados activamente y realizando una investigación exhaustiva, los inversores pueden tomar decisiones con conocimiento de causa y mejorar potencialmente los resultados de sus inversiones.
Preguntas y respuestas
¿Qué es un ETF de gestión activa?
Un ETF de gestión activa es un tipo de fondo cotizado que cuenta con un gestor o equipo de inversión responsable de tomar decisiones sobre la asignación de la cartera del ETF. Estos gestores negocian activamente y toman decisiones de inversión dentro del ETF para lograr potencialmente mayores rendimientos.
¿En qué se diferencian los ETF de gestión activa de los ETF pasivos?
Mientras que los ETF pasivos siguen índices específicos y tratan de replicar su rentabilidad, los ETF de gestión activa cuentan con gestores de inversiones que negocian activamente y toman decisiones sobre la asignación de la cartera del ETF. Esta gestión activa puede generar mayores rendimientos potenciales, pero también implica mayores costes y posibles errores de seguimiento.
¿Cuáles son las ventajas de invertir en ETF de gestión activa?
Los ETF de gestión activa ofrecen varias ventajas potenciales. Suelen tener ratios de gastos más bajos que los fondos de inversión gestionados activamente, lo que los convierte en una opción más rentable. Además, los ETF de gestión activa ofrecen la posibilidad de negociar intradía, lo que permite a los inversores responder rápidamente a los cambios del mercado y aprovechar las oportunidades a corto plazo.
¿Superan siempre los ETF de gestión activa a los ETF pasivos?
No, los estudios sugieren que los ETF de gestión pasiva tienden a superar a los de gestión activa a largo plazo. Aunque puede haber periodos en los que los ETF gestionados activamente obtengan mejores resultados, es importante tener en cuenta los costes más elevados, los posibles errores de seguimiento y la posibilidad de obtener peores resultados que con la gestión activa.
¿Qué deben tener en cuenta los inversores antes de invertir en ETF de gestión activa?
Antes de invertir en ETF de gestión activa, los inversores deben evaluar la estrategia de inversión, el historial y los gastos del fondo. Es fundamental evaluar la experiencia y el historial del gestor del fondo o del equipo responsable de la gestión del ETF. Además, los inversores deben diversificar sus carteras y no confiar únicamente en los ETF de gestión activa para sus estrategias de inversión.
¿Son los ETF de gestión activa adecuados para todos los inversores?
Los ETF de gestión activa pueden ser adecuados para algunos inversores, en particular los que buscan rendimientos potencialmente más elevados y se sienten cómodos con los riesgos asociados. Sin embargo, pueden no ser apropiados para todos los inversores, especialmente para los que dan prioridad a los costes bajos y al rendimiento a largo plazo. Es importante que los inversores consideren detenidamente sus objetivos de inversión, su tolerancia al riesgo y las características específicas de los ETF de gestión activa antes de invertir.
¿Pueden los ETF de gestión activa formar parte de una cartera diversificada?
Sí, los ETF de gestión activa pueden formar parte de una cartera diversificada. Como en cualquier inversión, la diversificación es clave para gestionar el riesgo. Los inversores pueden considerar la incorporación de una combinación de ETF de gestión activa y pasiva, junto con otras clases de activos, para lograr la diversificación y mejorar potencialmente los resultados de sus inversiones.