Entender las finanzas conductuales: Sesgos, emociones y comportamiento financiero
Invertir en los mercados financieros es una tarea compleja en la que influyen no sólo factores económicos, sino también la psicología humana. Las finanzas conductuales, un subcampo de la economía conductual, exploran cómo los sesgos psicológicos y las emociones influyen en las decisiones financieras que toman los inversores y los profesionales de las finanzas. Al ahondar en estas influencias, las finanzas conductuales tratan de explicar las anomalías del mercado y arrojar luz sobre las fluctuaciones extremas de los precios de la bolsa. De hecho, la Comisión del Mercado de Valores reconoce la importancia de las finanzas conductuales y ha dedicado personal a estudiar este campo. Exploremos los conceptos clave y los sesgos estudiados en las finanzas conductuales.
¿Qué son las finanzas conductuales?
Las finanzas conductuales son un campo interdisciplinar que combina elementos de las finanzas, la psicología y la economía. Desafía la noción tradicional de que los inversores son perfectamente racionales y actúan siempre en su propio interés. En cambio, reconoce que los individuos son propensos a sesgos y emociones que influyen en sus procesos de toma de decisiones.
Una de las premisas fundamentales de las finanzas conductuales es que los resultados del mercado no están determinados únicamente por factores racionales, sino que también influyen factores psicológicos. Sugiere que entender estas influencias psicológicas es esencial para comprender las anomalías del mercado y predecir su comportamiento.
Conceptos de finanzas conductuales
Las finanzas conductuales engloban varios conceptos clave que arrojan luz sobre los sesgos y tendencias psicológicos observados en la toma de decisiones financieras. Exploremos algunos de estos conceptos:
Contabilidad mental
La contabilidad mental se refiere a la tendencia de las personas a asignar el dinero a fines específicos. Las personas suelen separar mentalmente sus recursos financieros en diferentes cuentas, como ahorros para emergencias, inversiones para la jubilación o fondos para gastos discrecionales. Esta compartimentación mental puede afectar a sus elecciones financieras y llevar a una toma de decisiones subóptima.
Comportamiento gregario
El comportamiento gregario es un fenómeno en el que los individuos tienden a imitar los comportamientos financieros de la mayoría, a menudo haciendo caso omiso de su propio análisis independiente. En el mercado bursátil, el comportamiento gregario puede dar lugar a subidas o bajadas espectaculares, ya que los inversores siguen a la multitud sin llevar a cabo una investigación o un análisis exhaustivos. El comportamiento gregario puede amplificar la volatilidad del mercado y contribuir a su ineficiencia.
Brecha emocional
La brecha emocional se refiere a la toma de decisiones basada en emociones extremas o tensiones emocionales, como la ansiedad, la ira, el miedo o la excitación. Las emociones pueden influir significativamente en las decisiones financieras de una persona, lo que a menudo conduce a una toma de decisiones irracional. Por ejemplo, el miedo durante una caída del mercado puede llevar a las personas a vender sus inversiones precipitadamente, incurriendo potencialmente en pérdidas significativas.
Anclaje
El anclaje se produce cuando una persona asocia un nivel de gasto o un valor a un punto de referencia. Por ejemplo, alguien puede basar sus decisiones de gasto en un presupuesto predeterminado o justificar sus gastos en función de la satisfacción percibida. El anclaje puede dar lugar a decisiones financieras sesgadas, ya que las personas se fijan en un punto de referencia específico sin tener en cuenta opciones alternativas o información actualizada.
Autoatribución
La autoatribución es la tendencia a tomar decisiones basadas en un exceso de confianza en los propios conocimientos o habilidades. Las personas con sesgo de autoatribución suelen sobrestimar sus capacidades y creer que poseen conocimientos superiores a los de los demás. Este sesgo puede conducir a una asunción excesiva de riesgos y a decisiones de inversión subóptimas.
Sesgos revelados por las finanzas conductuales
La investigación sobre finanzas conductuales ha identificado numerosos sesgos que influyen en la toma de decisiones financieras. Analicemos algunos de estos sesgos:
Sesgo de confirmación
El sesgo de confirmación se produce cuando las personas tienen una predisposición a aceptar información que confirma sus creencias o decisiones de inversión. Es posible que busquen o interpreten de forma selectiva información que concuerde con sus ideas preconcebidas, ignorando las pruebas contradictorias. El sesgo de confirmación puede obstaculizar el análisis objetivo y conducir a estrategias de inversión subóptimas.
Sesgo de experiencia
El sesgo de experiencia, también conocido como sesgo de recencia o sesgo de disponibilidad, surge de la confianza de un individuo en acontecimientos recientes a la hora de tomar decisiones de inversión. Los inversores pueden exagerar la probabilidad de que ocurra un acontecimiento similar basándose en sus recuerdos de experiencias recientes. Este sesgo puede llevar a predicciones inexactas del comportamiento futuro del mercado.
Aversión a las pérdidas
La aversión a las pérdidas se refiere a la tendencia de las personas a dar más importancia a evitar pérdidas que a obtener ganancias. Las personas son más sensibles a las pérdidas y están dispuestas a asumir riesgos excesivos para evitar pérdidas potenciales, aunque los riesgos no sean racionales desde un punto de vista financiero. La aversión a las pérdidas puede dar lugar a decisiones de inversión subóptimas, como aferrarse a inversiones perdedoras durante demasiado tiempo o vender inversiones ganadoras demasiado pronto.
Sesgo de familiaridad
El sesgo de familiaridad se manifiesta cuando los individuos prefieren invertir en aquello que conocen o con lo que están familiarizados, como empresas nacionales o inversiones locales. Este sesgo puede provocar una falta de diversificación en las carteras de inversión, aumentando la exposición a sectores o industrias específicos. Al favorecer las inversiones conocidas, los particulares pueden pasar por alto otras oportunidades potencialmente atractivas, limitando así el rendimiento de sus inversiones.
Implicaciones de las finanzas conductuales
Comprender los sesgos y conceptos explorados en las finanzas conductuales puede tener implicaciones prácticas para los inversores y los profesionales de las finanzas. Al reconocer estas tendencias psicológicas, las personas pueden tomar decisiones financieras más informadas y racionales. Estas son algunas de las implicaciones de las finanzas conductuales:
Mejora de la toma de decisiones
Conocer los prejuicios y las tendencias conductuales puede ayudar a los inversores a tomar decisiones más objetivas y racionales. Al cuestionar activamente sus propios prejuicios y buscar diversas perspectivas, los inversores pueden mitigar el impacto de los errores cognitivos y mejorar los resultados de sus inversiones.
Perspectiva a largo plazo
Las finanzas conductuales animan a los inversores a adoptar una perspectiva a largo plazo y evitar sucumbir a las fluctuaciones emocionales a corto plazo. Al centrarse en el valor fundamental de las inversiones y descartar el ruido del mercado a corto plazo, los inversores pueden tomar decisiones más estratégicas y menos impulsivas.
Diversificación de la cartera
Los conocimientos aportados por las finanzas conductuales ponen de relieve la importancia de la diversificación de la cartera. Diversificando entre distintas clases de activos, sectores y zonas geográficas, los inversores pueden reducir el impacto de sesgos específicos y minimizar el riesgo asociado a las inversiones concentradas.
Educar a los inversores
La investigación en finanzas conductuales puede utilizarse para educar a los inversores sobre los sesgos comunes y su posible impacto en las decisiones de inversión. Fomentando los conocimientos financieros y la concienciación, las personas pueden ser más resistentes a los sesgos cognitivos y tomar decisiones más informadas.
Consideraciones reglamentarias
El reconocimiento de las finanzas conductuales por parte de organismos reguladores como la Comisión del Mercado de Valores subraya la importancia de tener en cuenta los sesgos psicológicos en la regulación financiera. Estos conocimientos pueden servir de base para el desarrollo de políticas y salvaguardias que protejan a los inversores de los posibles daños causados por la toma de decisiones irracionales o las prácticas manipuladoras.
En conclusión, las finanzas conductuales aportan valiosos conocimientos sobre la intersección de la psicología y las finanzas. Al comprender los sesgos, las emociones y las tendencias conductuales que influyen en la toma de decisiones financieras, los inversores y los profesionales de las finanzas pueden mejorar sus procesos de toma de decisiones y los resultados de las inversiones. Reconocer y abordar estos sesgos puede conducir a estrategias de inversión más racionales y objetivas, fomentando el éxito financiero a largo plazo.
Preguntas y respuestas
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