A diferencia de los empresarios individuales, las sociedades colectivas y las sociedades de responsabilidad limitada, las sociedades anónimas pagan el impuesto sobre la renta por sus beneficios. En algunos casos, los beneficios de las empresas se gravan dos veces: primero, cuando la empresa obtiene beneficios, y de nuevo cuando se pagan dividendos a los accionistas en sus declaraciones de la renta personales.