Derivados: Tipos, consideraciones y ventajas e inconvenientes
¿Qué es un derivado?
El término derivado se refiere a un tipo de contrato financiero cuyo valor depende de un activo subyacente, un grupo de activos o un índice de referencia. Un derivado se establece entre dos o más partes y puede negociarse en bolsa o en mercados extrabursátiles (OTC).
Estos contratos pueden utilizarse para negociar cualquier número de activos y conllevan sus propios riesgos. Los precios de los derivados se derivan de las fluctuaciones del activo subyacente. Estos valores financieros se utilizan habitualmente para acceder a determinados mercados y pueden negociarse para cubrir riesgos. Los derivados pueden utilizarse tanto para mitigar el riesgo (cobertura) como para asumirlo con la expectativa de una recompensa acorde (especulación). Los derivados pueden trasladar el riesgo (y las recompensas que lo acompañan) de los que tienen aversión al riesgo a los que lo buscan.
Entender los derivados
Un derivado es un tipo complejo de valor financiero que se establece entre dos o más partes. Los operadores utilizan derivados para acceder a mercados específicos y negociar con distintos activos. Normalmente, los derivados se consideran una forma de inversión avanzada. Los activos subyacentes más comunes de los derivados son acciones, bonos, materias primas, divisas, tipos de interés e índices de mercado. El valor de los contratos depende de los cambios en los precios del activo subyacente.
Los derivados pueden utilizarse para cubrir una posición, especular sobre el movimiento direccional de un activo subyacente o apalancar las participaciones. Estos activos se negocian habitualmente en bolsas u OTC y se adquieren a través de intermediarios. La Bolsa Mercantil de Chicago (CME) es una de las mayores bolsas de derivados del mundo.
Es importante recordar que cuando las empresas se cubren, no están especulando con el precio de la materia prima. Por el contrario, la cobertura es simplemente una forma de que cada parte gestione el riesgo. Cada parte tiene su beneficio o margen incorporado en el precio, y la cobertura ayuda a proteger esos beneficios para que no sean eliminados por las fluctuaciones del precio de la materia prima en el mercado.
Los derivados negociados en mercados no organizados suelen tener una mayor posibilidad de riesgo de contraparte, que es el peligro de que una de las partes implicadas en la transacción incumpla sus obligaciones. Estos contratos se negocian entre dos partes privadas y no están regulados. Para cubrir este riesgo, el inversor podría comprar un derivado de divisas para fijar un tipo de cambio específico. Los derivados que pueden utilizarse para cubrir este tipo de riesgo son los futuros de divisas y los swaps de divisas.
Los derivados negociados en bolsa están estandarizados y más regulados que los negociados en mercados no organizados.
Consideraciones especiales
Los derivados se utilizaron en un principio para garantizar el equilibrio de los tipos de cambio de los bienes comercializados internacionalmente. Los operadores internacionales necesitaban un sistema para tener en cuenta los diferentes valores de las monedas nacionales.
Supongamos que un inversor europeo tiene cuentas de inversión denominadas en euros (EUR). Supongamos que compra acciones de una empresa estadounidense a través de una casa de cambio estadounidense utilizando dólares estadounidenses (USD). Esto significa que ahora están expuestos al riesgo de tipo de cambio mientras mantienen esas acciones. El riesgo de tipo de cambio es la amenaza de que el valor del euro aumente en relación con el USD. Si esto ocurre, los beneficios que el inversor obtenga al vender las acciones perderán valor al convertirse a euros.
Un especulador que espera que el euro se aprecie frente al dólar podría beneficiarse utilizando un derivado que se revalorice con el euro. Cuando se utilizan derivados para especular con el movimiento del precio de un activo subyacente, el inversor no necesita tener una participación o presencia de cartera en el activo subyacente.
Muchos instrumentos derivados están apalancados, lo que significa que se requiere una pequeña cantidad de capital para tener una participación en una gran cantidad de valor en el activo subyacente.
Tipos de derivados
Hoy en día, los derivados se basan en una gran variedad de transacciones y tienen muchos más usos. Existen incluso derivados basados en datos meteorológicos, como la cantidad de lluvia o el número de días soleados en una región.
Hay muchos tipos diferentes de derivados que pueden utilizarse para la gestión del riesgo, la especulación y el apalancamiento de una posición. El mercado de derivados sigue creciendo y ofrece productos que se adaptan a casi cualquier necesidad o tolerancia al riesgo.
Existen dos clases de productos derivados: “bloqueo” y “opción”. Los productos de bloqueo (por ejemplo, futuros, contratos a plazo o permutas financieras) vinculan a las partes respectivas desde el principio a las condiciones acordadas durante la vigencia del contrato. Los productos de opción (por ejemplo, las opciones sobre acciones), por su parte, ofrecen al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender el activo o valor subyacente a un precio específico en la fecha de vencimiento de la opción o antes. Los tipos de derivados más comunes son los futuros, los contratos a plazo, los swaps y las opciones.
Futuros
Un contrato de futuros, o simplemente futuros, es un acuerdo entre dos partes para la compra y entrega de un activo concreto en una fecha y a un precio futuros específicos. Los contratos de futuros están estandarizados y se negocian en bolsas. Se utilizan habitualmente en el comercio de materias primas, como productos agrícolas como el trigo o el maíz, así como en los mercados financieros de índices bursátiles, tipos de interés y divisas.
A plazo
Un contrato a plazo es similar a un contrato de futuros, pero no está estandarizado y se negocia en el mercado extrabursátil. Es un acuerdo privado entre dos partes para comprar o vender un activo a un precio específico en una fecha futura. Los contratos a plazo se utilizan habitualmente en el mercado de divisas para cubrir la exposición al riesgo cambiario o con fines especulativos.
Swaps
Un swap es un contrato de derivados que permite a dos partes intercambiar flujos de caja o pasivos. Existen distintos tipos de swaps, como los de tipos de interés, los de divisas y los de materias primas. Los swaps se utilizan a menudo para gestionar el riesgo de tipo de interés, el riesgo de tipo de cambio o para lograr un objetivo específico de financiación o inversión.
Opciones
Una opción es un contrato que otorga al tenedor el derecho, pero no la obligación, de comprar (opción de compra) o vender (opción de venta) un activo subyacente a un precio predeterminado dentro de un plazo específico. Las opciones se utilizan habitualmente con fines de cobertura, especulación y generación de ingresos. Pueden negociarse en mercados bursátiles o extrabursátiles.
Ventajas y desventajas de los derivados
Los derivados ofrecen varias ventajas y desventajas a los inversores y participantes en el mercado.
Ventajas
Cobertura: Los derivados pueden utilizarse para protegerse de las oscilaciones de los precios o los tipos de interés, reduciendo el riesgo de pérdidas financieras.
Apalancamiento: Los derivados permiten a los inversores exponerse a una posición mayor con una inversión inicial menor.
Liquidez: El mercado de derivados es muy líquido, lo que facilita la compra y venta de contratos.
Especulación y potencial de beneficios: Los derivados ofrecen a los inversores la oportunidad de especular con las oscilaciones de los precios y, potencialmente, obtener importantes beneficios.
Diversificación de la cartera: Los derivados pueden utilizarse para diversificar las carteras de inversión y acceder a diferentes mercados y clases de activos.
Desventajas
Riesgo: Los derivados son intrínsecamente arriesgados y pueden dar lugar a importantes pérdidas financieras si no se utilizan correctamente.
Complejidad: Los derivados pueden ser instrumentos financieros complejos que requieren una buena comprensión de su mecánica y riesgos potenciales.
Riesgo de contraparte: Los derivados OTC exponen a los inversores al riesgo de contraparte, que es el riesgo de que la contraparte incumpla sus obligaciones.
Riesgos reglamentarios y jurídicos: El mercado de derivados está sujeto a supervisión reguladora, y los cambios en la normativa pueden afectar a la negociación y fijación de precios de los derivados.
Preguntas más frecuentes
1. ¿Los derivados sólo los utilizan los inversores profesionales?
No, los derivados son utilizados por una amplia gama de participantes en el mercado, incluidos inversores particulares, inversores institucionales y empresas. Sin embargo, debido a su complejidad y riesgos, es importante conocer bien los derivados antes de operar con ellos.
2. ¿Están siempre apalancados los derivados?
No, no todos los derivados están apalancados. Aunque muchos derivados ofrecen apalancamiento, como los futuros y las opciones, también hay derivados que no implican apalancamiento, como ciertos tipos de swaps.
3. ¿Cómo pueden utilizarse los derivados para la cobertura?
Los derivados pueden utilizarse para cobertura tomando una posición de compensación en un contrato de derivados para protegerse frente a posibles pérdidas en el valor de un activo subyacente. Por ejemplo, una empresa expuesta al riesgo de tipo de cambio puede suscribir un contrato de futuros sobre divisas para cubrirse frente a movimientos adversos de las divisas.
4. ¿Pueden negociarse los derivados en bolsa?
Sí, muchos derivados se negocian en bolsa, como los contratos de futuros y opciones. Los derivados negociados en bolsa están estandarizados, son transparentes y están regulados, lo que proporciona liquidez y facilidad de negociación.
5. ¿Cuál es el papel de los derivados en el sistema financiero mundial?
Los derivados desempeñan un papel crucial en el sistema financiero mundial al proporcionar a los participantes en el mercado herramientas para gestionar el riesgo, acceder a diferentes mercados y clases de activos y facilitar la formación de precios. Sin embargo, la complejidad y la interconexión de los mercados de derivados también plantean riesgos para la estabilidad financiera, como quedó demostrado durante la crisis financiera de 2008.
En general, los derivados son poderosos instrumentos financieros que ofrecen oportunidades para la gestión del riesgo, la especulación y la diversificación de la cartera. Sin embargo, antes de emprender actividades de negociación con derivados, es preciso examinarlos detenidamente y comprender sus mecanismos y riesgos. Siempre es aconsejable consultar a un profesional financiero.
Preguntas y respuestas
¿Qué es un derivado?
El término derivado se refiere a un tipo de contrato financiero cuyo valor depende de un activo subyacente, un grupo de activos o un índice de referencia. Un derivado se establece entre dos o más partes y puede negociarse en bolsa o en mercados extrabursátiles (OTC).
Estos contratos pueden utilizarse para negociar cualquier número de activos y conllevan sus propios riesgos. Los precios de los derivados se derivan de las fluctuaciones del activo subyacente. Estos valores financieros se utilizan habitualmente para acceder a determinados mercados y pueden negociarse para cubrir riesgos. Los derivados pueden utilizarse tanto para mitigar el riesgo (cobertura) como para asumirlo con la expectativa de una recompensa acorde (especulación). Los derivados pueden trasladar el riesgo (y las recompensas que lo acompañan) de los que tienen aversión al riesgo a los que lo buscan.
Entender los derivados
Un derivado es un tipo complejo de valor financiero que se establece entre dos o más partes. Los operadores utilizan derivados para acceder a mercados específicos y negociar con distintos activos. Normalmente, los derivados se consideran una forma de inversión avanzada. Los activos subyacentes más comunes de los derivados son acciones, bonos, materias primas, divisas, tipos de interés e índices de mercado. El valor de los contratos depende de los cambios en los precios del activo subyacente.
Los derivados pueden utilizarse para cubrir una posición, especular sobre el movimiento direccional de un activo subyacente o apalancar las participaciones. Estos activos se negocian habitualmente en bolsas u OTC y se adquieren a través de intermediarios. La Bolsa Mercantil de Chicago (CME) es una de las mayores bolsas de derivados del mundo.
Es importante recordar que cuando las empresas se cubren, no están especulando con el precio de la materia prima. Por el contrario, la cobertura es simplemente una forma de que cada parte gestione el riesgo. Cada parte tiene su beneficio o margen incorporado en el precio, y la cobertura ayuda a proteger esos beneficios para que no sean eliminados por las fluctuaciones del precio de la materia prima en el mercado.
Los derivados negociados en mercados no organizados suelen tener una mayor posibilidad de riesgo de contraparte, que es el peligro de que una de las partes implicadas en la transacción incumpla sus obligaciones. Estos contratos se negocian entre dos partes privadas y no están regulados. Para cubrir este riesgo, el inversor podría comprar un derivado de divisas para fijar un tipo de cambio específico. Los derivados que pueden utilizarse para cubrir este tipo de riesgo son los futuros de divisas y los swaps de divisas.
Los derivados negociados en bolsa están estandarizados y más regulados que los negociados en mercados no organizados.
Consideraciones especiales
Los derivados se utilizaron en un principio para garantizar el equilibrio de los tipos de cambio de los bienes comercializados internacionalmente. Los comerciantes internacionales necesitaban un sistema para tener en cuenta los diferentes valores de las monedas nacionales.
Supongamos que un inversor europeo tiene cuentas de inversión denominadas en euros (EUR). Supongamos que compran acciones de una empresa estadounidense a través de una casa de cambio estadounidense utilizando dólares estadounidenses (USD). Esto significa que ahora están expuestos al riesgo de tipo de cambio mientras mantienen esas acciones. El riesgo de tipo de cambio es la amenaza de que el valor del euro aumente en relación con el USD. Si esto ocurre, los beneficios que el inversor obtenga al vender las acciones perderán valor al convertirse en euros.
Un especulador que espera que el euro se aprecie frente al dólar podría beneficiarse utilizando un derivado que aumente de valor con el euro. Cuando se utilizan derivados para especular con el movimiento del precio de un activo subyacente, el inversor no necesita tener una participación o presencia de cartera en el activo subyacente.
Muchos instrumentos derivados están apalancados, lo que significa que se requiere una pequeña cantidad de capital para tener una participación en una gran cantidad de valor en el activo subyacente.
Tipos de derivados
Hoy en día, los derivados se basan en una gran variedad de transacciones y tienen muchos más usos. Existen incluso derivados basados en datos meteorológicos, como la cantidad de lluvia o el número de días soleados en una región.
Hay muchos tipos diferentes de derivados que pueden utilizarse para la gestión del riesgo, la especulación y el apalancamiento de una posición. El mercado de derivados sigue creciendo y ofrece productos que se adaptan a casi cualquier necesidad o tolerancia al riesgo.
Existen dos clases de productos derivados: “bloqueo” y “opción”. Los productos de bloqueo (por ejemplo, futuros, contratos a plazo o permutas financieras) vinculan a las partes respectivas desde el principio a las condiciones acordadas durante la vigencia del contrato. Los productos de opción (por ejemplo, las opciones sobre acciones), por su parte, ofrecen al titular el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender el activo o valor subyacente a un precio específico en la fecha de vencimiento de la opción o antes. Los tipos de derivados más comunes son los futuros, los contratos a plazo, los swaps y las opciones.
Futuros
Un contrato de futuros, o simplemente futuros, es un acuerdo entre dos partes para la compra y entrega de
¿Qué es un derivado?
Un derivado es un tipo de contrato financiero cuyo valor depende de un activo subyacente, un grupo de activos o un índice de referencia. Se utiliza para negociar y puede negociarse en bolsa o extrabursátilmente.
¿Cuáles son los tipos de derivados?
Los tipos más comunes de derivados son los futuros, los contratos a plazo, los swaps y las opciones. Estos derivados pueden utilizarse para la gestión del riesgo, la especulación y el apalancamiento de una posición.
¿Cómo se utilizan los derivados?
Los derivados se utilizan para acceder a mercados específicos y negociar diferentes activos. Pueden utilizarse para cubrir una posición, especular sobre el movimiento direccional de un activo subyacente o apalancar posiciones. Los derivados suelen negociarse en mercados bursátiles o extrabursátiles a través de intermediarios.
¿Qué hay que tener en cuenta al negociar con derivados?
Al negociar con derivados, es importante tener en cuenta factores como el riesgo de contraparte, la regulación y los activos subyacentes. Los derivados extrabursátiles presentan una mayor posibilidad de riesgo de contraparte, mientras que los derivados negociados en bolsa están más regulados. Comprender los riesgos y beneficios asociados a los derivados es crucial.
¿Por qué se apalancan los derivados?
Muchos instrumentos derivados están apalancados, lo que significa que se requiere una pequeña cantidad de capital para tener una participación en una gran cantidad de valor del activo subyacente. Este apalancamiento permite a los inversores amplificar potencialmente sus rendimientos, pero también aumenta el riesgo de pérdidas.
¿Cuáles son los pros y los contras del uso de derivados?
Entre los pros del uso de derivados se incluyen el acceso a mercados específicos, la cobertura frente al riesgo y la posibilidad de amplificar los rendimientos mediante el apalancamiento. Sin embargo, entre los contras se encuentran las posibles pérdidas, el riesgo de contraparte y la complejidad de los instrumentos derivados. Es importante que los inversores consideren cuidadosamente su tolerancia al riesgo y entiendan a fondo las condiciones de los derivados antes de participar en operaciones con derivados.