Definición y ejemplos de acciones Purple Chip

Explicación de las acciones Purple Chip: Definición y ejemplos

A la hora de invertir en bolsa, los inversores pueden adoptar diversas estrategias y enfoques. Una de ellas consiste en identificar e invertir en valores de primera clase. En esta completa guía, analizaremos la definición de los valores de primera clase, sus características y ejemplos de cómo se puede operar con ellos de forma eficaz.

¿Qué son los valores de primera clase?

Los valores de tipo “purple chip” son una categoría de valores que representa la máxima calidad entre los valores de tipo “blue chip”. El término “Purple Chip” fue acuñado por el gestor de carteras John Schwinghamer en su libro “Purple Chips: Winning in the Stock Market with the Very Best of the Blue Chip Stocks”.
Según Schwinghamer, los valores “purple chips” se caracterizan por su crecimiento consistente y constante, en contraposición a las fluctuaciones repentinas e impredecibles. Estos valores se consideran la realeza de los valores blue chip, y denotan las empresas de mayor calidad y menor riesgo de esta categoría.
Uno de los criterios clave para identificar una acción de chip púrpura es el crecimiento de los beneficios por acción (BPA) de la empresa durante un periodo de siete años consecutivos. Este crecimiento constante de los beneficios indica que la empresa está creando valor a largo plazo y tiene potencial para obtener buenos resultados incluso durante las recesiones económicas.
Además, los valores con chip púrpura suelen tener una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de dólares, lo que consolida aún más su condición de valores de primera categoría en el mercado.

Características de los valores de primera categoría

Los inversores interesados en valores de primera categoría deben tener en cuenta las siguientes características:
1. 1. Crecimiento del BPA: Los valores con chip púrpura deben demostrar un historial de siete años de crecimiento consecutivo de los beneficios por acción. Esto indica la capacidad de la empresa para generar beneficios constantes a lo largo del tiempo.
2. 2. Capitalización bursátil: Los valores con chip púrpura suelen tener una capitalización bursátil superior a los 1.000 millones de dólares, lo que refleja su considerable tamaño y presencia en el mercado.
3. Rentabilidad del capital (ROE): Los valores con chip púrpura deben tener una rentabilidad sobre recursos propios a cinco años que demuestre la capacidad de la empresa para generar beneficios a partir de las inversiones de los accionistas.
4. Rendimiento de los activos (ROA): Los valores con chip púrpura deben tener una rentabilidad sobre activos superior al 10%, lo que indica el uso eficiente que hace la empresa de sus activos para generar beneficios.
5. Margen de beneficio neto: Los valores con chip púrpura deben tener un margen de beneficio neto medio a cinco años superior al de empresas similares, lo que pone de relieve su capacidad para generar beneficios en relación con sus ingresos.
6. Valoración y ratio PEG: Los valores con chip púrpura deben evaluarse en función de su tendencia de valoración y su ratio precio-crecimiento de beneficios (PEG). Estos factores pueden ayudar a los inversores a evaluar si la acción está sobrevalorada o infravalorada.
7. 7. Dividendos: Los valores con chip púrpura suelen pagar dividendos a sus accionistas, lo que supone una fuente de ingresos adicional para los inversores.

Operar con valores de primera categoría

Los inversores que deseen invertir en valores de primera categoría pueden seguir la estrategia descrita por John Schwinghamer:
1. 1. Identificar los valores “Purple Chip”: Schwinghamer ofrece en su sitio web una lista de valores “purple chip”, indicando las empresas que, en su opinión, cumplen los criterios para ser consideradas “purple chip”.
2. Comprar a precio infravalorado: Los inversores deben comprar acciones de chip púrpura cuando sus precios caigan por debajo del precio infravalorado indicado por la metodología de Schwinghamer. Esta estrategia permite a los inversores aprovechar las fluctuaciones temporales del mercado y adquirir acciones a un precio rebajado.
3. Vender a precio sobrevalorado: Los inversores deben vender sus acciones con chip púrpura cuando sus precios se acerquen o superen el precio sobrevalorado indicado por la metodología de Schwinghamer. Esta estrategia permite a los inversores bloquear beneficios y evitar pérdidas potenciales cuando la acción se sobrevalora.
4. Tamaño de la posición: El tamaño de la posición en cada acción de chip púrpura puede variar en función de los criterios específicos que presente la acción. El tamaño de la posición puede oscilar entre un cuarto de peso y el peso completo, en función de las características del valor y de su potencial de crecimiento.
5. Diversificación: Schwinghamer recomienda que los inversores limiten su exposición a un único sector a no más del 15% de su cartera. Además, no se debe asignar más del 5% (o el 3% en el caso de los valores sin dividendos) a una sola acción. Esta estrategia de diversificación ayuda a mitigar el riesgo y las pérdidas potenciales.
Es importante señalar que, aunque el método de Schwinghamer no requiere un análisis en profundidad ni un título en finanzas, sí exige una comprensión básica de los conceptos de inversión en bolsa. Los inversores deben llevar a cabo su propia investigación y diligencia debida antes de tomar cualquier decisión de inversión.

Conclusión

Los valores con chip púrpura representan una categoría de valores de alta calidad y bajo riesgo que han demostrado un crecimiento constante de los beneficios durante un periodo de siete años. Estos valores se consideran la realeza de los valores de primera fila y ofrecen oportunidades potenciales a los inversores que buscan valor y estabilidad a largo plazo.
Los inversores interesados en valores de primera categoría deben tener en cuenta factores como el crecimiento de los beneficios por acción, la capitalización bursátil, la rentabilidad de los recursos propios, la rentabilidad de los activos, el margen de beneficio neto y las tendencias de valoración. Identificando y analizando estas características, los inversores pueden tomar decisiones informadas sobre qué valores de primera clase deben incluir en sus carteras.
Sin embargo, es importante recordar que invertir en cualquier valor conlleva riesgos, por lo que es necesario investigar a fondo y actuar con la debida diligencia antes de tomar decisiones de inversión. Además, cada inversor puede tener sus propias estrategias y criterios de selección de valores.
En general, los valores de primera categoría pueden ser una valiosa aportación a la cartera de un inversor, ya que ofrecen potencial de crecimiento y estabilidad a largo plazo. Comprendiendo la definición y las características de los valores de primera categoría y siguiendo una estrategia de negociación disciplinada, los inversores pueden aprovechar las oportunidades que ofrecen estos valores de primera categoría.

Preguntas y respuestas

¿Cuál es la diferencia entre las acciones de primer orden y las de segundo orden?

Los valores de primera clase son un subconjunto de los valores de primera clase y representan a las empresas de mayor calidad dentro de esa categoría. Mientras que los valores de primera categoría suelen considerarse inversiones estables y fiables, los valores de primera categoría van un paso más allá al demostrar un crecimiento constante de los beneficios durante un periodo de siete años.

¿Son las acciones de primera clase adecuadas para los inversores conservadores?

Sí, las acciones de primera clase suelen considerarse adecuadas para inversores conservadores por su estabilidad y crecimiento constante. Estos valores son conocidos por su menor riesgo en comparación con otras opciones de inversión y pueden ser una valiosa adición a la cartera de un inversor conservador.

¿Cómo pueden los inversores identificar los valores “purple chip”?

Los inversores pueden identificar los valores “purple chip” buscando empresas que cumplan criterios específicos, como siete años consecutivos de crecimiento de los beneficios por acción (BPA), una capitalización bursátil superior a 1.000 millones de dólares y sólidas cifras de rentabilidad sobre recursos propios (ROE) y rentabilidad sobre activos (ROA). Además, los inversores pueden consultar recursos como la lista de John Schwinghamer de valores con chip púrpura para orientarse.

¿Pagan dividendos los valores de primera clase?

Sí, los valores de primera clase suelen pagar dividendos a sus accionistas. Estos dividendos pueden suponer una fuente de ingresos adicional para los inversores y son una característica comúnmente asociada a las empresas consolidadas de alta calidad.

¿Cuál es la estrategia de diversificación recomendada para invertir en valores de primer orden?

John Schwinghamer, el autor que popularizó el concepto de valores de primera clase, recomienda limitar la exposición a un solo sector a no más del 15% de la cartera. Además, no debería asignarse más del 5% (o el 3% en el caso de los valores sin dividendos) a un solo valor de tipo “purple chip”. Esta estrategia de diversificación ayuda a mitigar el riesgo y las posibles pérdidas.

¿Pueden los inversores aplicar la estrategia de los valores de primera clase a los mercados internacionales?

Aunque el concepto de acciones “purple chip” se originó en Estados Unidos, los principios en los que se basa la estrategia pueden aplicarse también a los mercados internacionales. Los inversores pueden adaptar los criterios de identificación de los valores “purple chip” a los distintos mercados y regiones, teniendo en cuenta factores como el crecimiento constante de los beneficios, la capitalización bursátil y los resultados financieros.

¿Garantizan los valores de primera fila altos rendimientos?

Ninguna inversión garantiza un alto rendimiento, ni siquiera las acciones de primera categoría. Aunque estos valores son conocidos por su estabilidad y crecimiento constante, invertir en bolsa conlleva riesgos. Los inversores deben investigar a fondo, tener en cuenta su propia tolerancia al riesgo y diversificar sus carteras para gestionar los riesgos potenciales y maximizar sus posibilidades de obtener rendimientos favorables.