Cómo el ROA y el ROE ofrecen una imagen clara de la salud empresarial
A la hora de evaluar la salud financiera y los resultados de una empresa, los inversores se basan en diversos ratios y métricas. Dos de las medidas más utilizadas son la rentabilidad de los activos (ROA) y la rentabilidad de los fondos propios (ROE). Aunque estos ratios pueden parecer similares a primera vista, proporcionan información distinta sobre las operaciones y la rentabilidad de una empresa. Al comprender cómo se calculan y qué indican el ROA y el ROE, los inversores pueden hacerse una idea más clara de la salud general de una empresa.
Medir con ROE y ROA
La rentabilidad de los recursos propios (ROE) y la rentabilidad de los activos (ROA) evalúan la capacidad de una empresa para generar beneficios a partir de sus inversiones. Sin embargo, se centran en aspectos diferentes de los resultados financieros de una empresa.
Rentabilidad de los fondos propios
La rentabilidad de los recursos propios (ROE) es un ratio fundamental que mide la eficacia con la que la dirección de una empresa utiliza el dinero de los inversores. Indica el ritmo al que crece el valor de la empresa.
El ROE se calcula dividiendo los ingresos netos anuales de la empresa entre los fondos propios medios. Los ingresos netos figuran en la cuenta de resultados, mientras que los fondos propios aparecen en el balance.
Por ejemplo, si una empresa ficticia llamada Ed’s Carpets tuviera unos ingresos netos de 3.822 millones de dólares en 2019 y un patrimonio neto medio de 16.041 millones de dólares, su ROE sería de 0,23 o 23%. Esto significa que Ed’s Carpets generó una ganancia del 23% por cada dólar invertido por sus accionistas.
Los inversores profesionales suelen buscar un ROE de al menos el 15% como referencia de un buen rendimiento. Según este criterio, la capacidad de Ed’s Carpets para generar beneficios con el dinero de los accionistas parece impresionante.
Rendimiento de los activos
La rentabilidad de los activos (ROA) proporciona información sobre la eficiencia con la que una empresa genera beneficios a partir de sus activos totales. Mide la rentabilidad que obtiene una empresa por cada dólar de sus activos.
El ROA se calcula dividiendo los ingresos netos anuales de la empresa entre sus activos totales. Los activos totales incluyen elementos como efectivo, cuentas por cobrar, propiedades, equipos, inventario y mobiliario.
Continuando con el ejemplo de Ed’s Carpets, si la empresa tuvo un ingreso neto de $ 3,822 millones en 2019 y activos totales de $ 448,507 millones, su ROA sería de 0,0085 o 0,85%. Esto significa que Ed’s Carpets obtuvo menos del 1% de beneficio sobre los recursos que poseía.
Un ROA inferior al 5% suele considerarse bajo, y los gestores monetarios profesionales pueden mostrarse cautelosos a la hora de invertir en empresas con rendimientos tan bajos. En el caso de Ed’s Carpets, su ROA indica un nivel de rentabilidad significativamente inferior en comparación con su ROE.
La diferencia está en el pasivo
La disparidad entre ROE y ROA radica en la influencia del pasivo en estos ratios. Mientras que el ROE se basa en los fondos propios, el ROA tiene en cuenta los activos totales de una empresa.
El apalancamiento financiero o deuda desempeña un papel crucial para entender esta diferencia. Según la ecuación del balance, el activo es igual al pasivo más los fondos propios. Si una empresa no tiene deuda, sus fondos propios y sus activos totales serán iguales, lo que se traduce en valores idénticos de ROE y ROA.
Sin embargo, cuando una empresa se endeuda, sus activos aumentan debido a la inyección de efectivo. Esto conduce a un denominador más alto (activos) en el cálculo del ROA, lo que resulta en una menor relación entre los rendimientos y los activos. En cambio, el ROE no se ve afectado por el aumento de los activos, ya que se centra únicamente en los ingresos netos y los fondos propios.
Utilizando el ejemplo de Ed’s Carpets, su balance revela que la empresa arrastraba una cantidad significativa de deuda. En 2019, su pasivo total superaba los 422.000 millones de dólares, más de 16 veces su patrimonio neto total de 25.268 millones de dólares. Esta carga de deuda influyó en el ROA de la empresa y contribuyó a la significativa brecha entre su ROE y ROA.
El ROE refleja principalmente lo bien que una empresa utiliza su financiación procedente de préstamos y emisión de bonos. Una empresa con un ROE elevado puede no ser necesariamente eficiente en la utilización de los fondos propios para impulsar el crecimiento. Por otro lado, el ROA proporciona una visión global al tener en cuenta tanto la deuda como los fondos propios a la hora de evaluar los resultados de una empresa.
La cuenta de resultados
Evaluar la salud financiera de una empresa exige tener en cuenta tanto el ROA como el ROE. Estos ratios, aunque distintos, se complementan y proporcionan información valiosa sobre los resultados globales de una empresa.
Si una empresa muestra un ROA sólido y mantiene unos niveles de endeudamiento razonables, un ROE fuerte indica que la dirección está utilizando eficazmente los fondos propios para generar beneficios. Por otra parte, una empresa con un ROE alto pero un ROA bajo puede estar dependiendo en gran medida de la financiación mediante deuda, lo que puede plantear riesgos para su sostenibilidad a largo plazo.
Los inversores deben analizar el ROA y el ROE junto con otras métricas financieras y factores como las referencias del sector, las condiciones del mercado y las perspectivas de crecimiento de la empresa. Es importante tener en cuenta las circunstancias específicas y el contexto de cada empresa a la hora de interpretar estos ratios.
Al comprender los matices del ROA y el ROE, los inversores pueden hacerse una idea más clara de la salud financiera, la rentabilidad y la eficacia de la gestión de una empresa. Estos ratios proporcionan información valiosa que puede orientar las decisiones de inversión y ayudar a los inversores a tomar decisiones informadas en el dinámico mundo de las finanzas corporativas.
Descargo de responsabilidad: La información proporcionada en este artículo tiene únicamente fines educativos y no debe considerarse asesoramiento financiero. Se recomienda a los inversores que lleven a cabo su propia investigación y consulten con un asesor financiero cualificado antes de tomar cualquier decisión de inversión.
Preguntas y respuestas
¿Qué importancia tienen el ROA y el ROE para evaluar la salud de una empresa?
El ROA y el ROE son ratios importantes que proporcionan información sobre la salud financiera y los resultados de una empresa. El ROA mide la eficiencia con la que una empresa genera beneficios a partir de sus activos totales, mientras que el ROE indica la eficacia con la que la dirección utiliza los fondos propios de los accionistas para generar beneficios. Estos ratios ayudan a los inversores a comprender la rentabilidad de una empresa, su potencial de crecimiento y la eficacia de su gestión.
¿Cómo se calculan el ROA y el ROE?
El ROA se calcula dividiendo los ingresos netos anuales de una empresa entre sus activos totales. El ROE, por su parte, se calcula dividiendo los ingresos netos anuales entre los fondos propios medios. Los ingresos netos y los fondos propios figuran en la cuenta de resultados y en el balance, respectivamente.
¿Qué se considera un buen ROA y ROE?
Un buen ROA y ROE puede variar en función del sector y de las circunstancias específicas de la empresa. Por lo general, un ROA superior al 5% se considera favorable, mientras que un ROE superior al 15% suele considerarse un punto de referencia de buenos resultados. Sin embargo, es importante comparar estos ratios con las medias del sector y tener en cuenta otras métricas financieras para obtener una comprensión global de los resultados de una empresa.
¿Por qué hay diferencia entre ROA y ROE?
La diferencia entre ROA y ROE radica en la influencia del pasivo en estos ratios. El ROA tiene en cuenta los activos totales de una empresa, mientras que el ROE se centra únicamente en los fondos propios. Cuando una empresa se endeuda, sus activos aumentan, lo que se traduce en un ROA más bajo debido al mayor denominador. Sin embargo, el ROE no se ve afectado por el aumento de los activos, ya que se centra en los ingresos netos y los fondos propios.
¿Qué indica un ROE alto y un ROA bajo?
Un ROE alto y un ROA bajo pueden sugerir que una empresa depende en gran medida de la financiación mediante deuda. Aunque un ROE alto puede parecer positivo, no refleja necesariamente una utilización eficiente de los fondos propios. Un ROA bajo indica que la empresa no está generando beneficios significativos a partir de sus activos totales. Los inversores deben evaluar cuidadosamente los niveles de endeudamiento de la empresa y considerar los riesgos asociados a la dependencia de la deuda para financiarse.
¿Deben los inversores basarse únicamente en el ROA y el ROE a la hora de evaluar una empresa?
No, los inversores no deben basarse únicamente en el ROA y el ROE a la hora de evaluar una empresa. Aunque estos ratios proporcionan información valiosa, es importante tenerlos en cuenta junto con otros parámetros financieros, referencias del sector, condiciones del mercado y perspectivas de crecimiento de la empresa. Además, factores cualitativos como la ventaja competitiva de la empresa, la calidad de la gestión y las tendencias del sector también deben tenerse en cuenta para realizar una evaluación completa.
¿Existen limitaciones a la hora de utilizar el ROA y el ROE?
Sí, utilizar el ROA y el ROE tiene sus limitaciones. Estos ratios proporcionan una instantánea de la salud financiera de una empresa, pero puede que no capten la imagen completa. No tienen en cuenta factores como el flujo de caja, las perspectivas de futuro y los aspectos cualitativos de la empresa. Además, los sectores con diferentes estructuras de capital y modelos de negocio pueden tener diferentes puntos de referencia para lo que constituye un buen ROA y ROE. Por lo tanto, es importante utilizar estos ratios como parte de un análisis exhaustivo y tener en cuenta las circunstancias específicas de cada empresa.